Capítulo 4: Día de pic-nic

Me desperté muy temprano, pues la ansiedad no me dejaba seguir durmiendo, así que me duche, me vestí con un buzo y me hice un moño algo suelto, cuando bajé me di cuenta de que papá ya se había ido a trabajar asi que me dirijí a la conocina para desayunar, de pronto alguien toco la puerta, supuse que era Nick y no me equivoque, porque al abrir la puerta allí estaba él parado, con una tenida deportiva, pero que no dejaba de ser algo formal.

- Quieres entrar - le dije - es que todavía no acabo de desayunar.

- Por supuesto, te acompaño - dijo entusiasmado.

Entonces fuimos al comedor y le pregunté si quería algo pero dijo que ya había desayunado, yo para no ser descortes desayune rápido para que salieramos lo más pronto posible. Cuando termine salimos y ahí estaba su estupendo auto un Porsche Carrera al lado de mi camioneta sacada del desgüezadero, sabía que tenía un buen auto por los comentarios de los demás compañeros, pero nunca imagine que fuera de tal magnitud.

Nos fuimos por la carretera rumbo a un prado que estaba cerca de la casa de Nick, cuando llegamos me asombre por lo maravilloso del lugar, lleno de árboles, con múltiples tipos de flores y un césped maravilloso, no podía creer que nunca hubiera visto ese lugar ¡¿de dónde había salido?! era como mágicoe hipnotisante de lo bello que llegaba a ser. Nick me indico donde nos pondríamos para iniciar el pic-nic y yo me desperté del suño que estaba viviendo.

- ¡Wow! como es que no había visto este lugar antes - exclamé emocionada.

- No lo sé, creí que habías venido aquí antes, ya sabes tu siempre has vivido aquí ¿cierto? - preguntó algo curioso.

- Si, si claro es que no se, uno nunca termina de conocer el lugar en donde vive - dije algo nerviosa.

Bueno antes de que siguiera preferi cambiar de tema y comenzar el pic-nic que por cierto estaba genial, Nick había llevado frutas, dulces, gaseosas y muchas cosas más que sólo de verlas ya quedaba satisfecha.

- Esta muy rico - le dije a Nick a modo de darle gracias por todo lo que estaba haciendo por mi.

- Gracias, de verdad no tenías que decirlo, yo te invite y quería que saliera lo mejor posible - me dijo sonriendo.

Era esa sonrisa, su coqueta sonrisa a la que no podía resistirme y cuando lo hacía me estremecía por completo y titubeaba.

- Bueno, creo que es momento de que no sigas evadiendo las preguntas Sophie - dijo
seriamente.

¡Ay no! pensé, creo que ya me llegó la hora